jueves, 11 de junio de 2015

Eje 4. Actividad 1. Lectura y escritura exploratoria.

"El Cerebro adicto"


Introducción
Hasta hace algunos años la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se reconoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla. Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, tabaco, medicamentos legales o drogas ilícitas. El objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductal es similar, ya que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro. Este descubrimiento ha alterado la forma de considerar, prevenir y remediar las acciones.
Hoy estas se definen como una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona. Al igual que otras enfermedades como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se consiga una cura definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y la duración de la vida. 

Desarrollo
¿Qué es una adicción? La adicción es una enfermedad primaria, crónica con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influencian su desarrollo y manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Es caracterizada por episodios continuos o periódicos de: descontrol sobre el uso, uso a pesar de consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento, más notablemente negación.
Cuando la ciencia comenzó a estudiar la conducta adictiva en la época de 1930 se pensaba que las personas adictas a las drogas y al alcohol tenían una moral deficiente y carecían de fuerza de voluntad. Estas ideas moldearon las respuestas de la sociedad al abuso de drogas. Así en lugar de diseñar acciones preventivas y terapéuticas se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos.
La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudio medicina en la UNAM y es hoy la directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en ingles), observo en imágenes cerebrales la influencia de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opiodes. La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.
                      
                      
Las drogas más comunes son:
Nicotina.- Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
                                                 
                                         
Alcohol.- Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas vulnerables son la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos).
                                                      
Marihuana.- Puede dañar la memoria y el aprendizaje a corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y perjudicar los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollo de psicosis en personas vulnerables.
                                     
    

Inhalables.- Sustancias volátiles que se encuentran en muchos productos caseros, como pinturas, pegamentos y algunos aerosoles. Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, riñones, pulmones y cerebro.
                                                     
                                         
Cocaína.- Estimulante que por la brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias medicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
                                                      
“La adicción es una enfermedad que progresa por etapas”, en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica. El cerebro comienza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia.
Algunos signos que sugieren adicción:
     Consumir la droga de manera regular.
     Imposibilidad de dejarla.
     Gastar en droga más de lo que se tiene.
     Extralimitarse para obtener droga (incluso robar).
     Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.

Cuando se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo cardiaco, respiración y sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones y el sistema límbico, donde se aloja el llamado circuito de recompensa del cerebro. Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal. Las neuronas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona.
                                                        
                                          
La estructura química de drogas como la marihuana y la heroína es tan similar a la de un neurotransmisor natural, que los receptores las aceptan como si fueran el neurotransmisor. Otras drogas como las anfetaminas y la cocaína, hacen que se produzca una cantidad excesiva de neurotransmisores naturales o evitan que el organismo recicle el exceso de sustancias.
La mayoría de las drogas interfieren con el neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer. El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra a las dosis masivas de dopamina que se producen al consumir una droga y lo hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este neurotransmisor. Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiende a usar mas y mas droga para obtener el mismo efecto. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga. 

En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como:
     Ansiedad
     Irritabilidad
     Nauseas
     Insomnio
     Episodios de sudoración
     Temblores y psicosis
    ∞     Puede llevar a la muerte

Ciertas investigaciones muestran que la tolerancia a las drogas puede generar cambios profundos en las neuronas y circuitos cerebrales, por ejemplo, si el abuso de drogas altera la concentración optima de un neurotransmisor llamado glutamato, que participa en el circuito de recompensa como en la capacidad de aprender, el cerebro intentara compensar el cambio dañando en ocasiones la función cognitiva. El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas.

La propensión a las adicciones proviene de varios factores biológicos y ambientales:
     Factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total.
     El resto son factores ambientales, sociales y culturales.

Algunas personas pueden definirse como más vulnerables, pues tienen un riesgo mayor de desarrollar una conducta de abuso de sustancias; son las personas proclives a conductas de riesgo o a la búsqueda de novedades. Para que se desarrolle una adicción importa igual lo adictiva que sea   la droga, por su disponibilidad y lo aceptable que la considere la sociedad.

Principales factores de riesgo:
     Conducta agresiva temprana.
     Habilidades sociales deficientes.
     Ausencia de supervisión paterna.
     Compañeros/amigos que abusan de sustancias.
     Disponibilidad de la droga.
     Pobreza

y de protección:
     Autocontrol.
     Relaciones positivas.
     Supervisión y apoyo paterno.
     Información.
     Políticas contra el uso de drogas.
     Cohesión comunitaria.
Los adolescentes son más propensos a padecer una adicción, ya que suelen tomar decisiones a partir de las emociones y no del juicio y raciocinio, es mas probable que abusen de las sustancias. Otro grupo de riesgo esta formado por las personas que tiene algún tipo de padecimiento mental, como bipolaridad y esquizofrenia.

Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas, como son:
     Afecta el circuito de recompensa, aprendizaje, memoria.
     Control de emociones.
     Enfermedades cardiovasculares, enfisema, cáncer o desarrollo de trastornos mentales irreversibles.

El tratamiento consiste en modificar los aspectos bioquímicos y conductal, hay que entrenar de nuevo los circuitos neuronales que calculan las recompensas naturales: la de la comida, salir con amigos, sexo. Algunos pueden recibir tratamiento con fármacos, otros requerirán terapia cognitivo-conductales o intervenciones motivacionales. Un tratamiento exitoso no debe medirse solo por la abstinencia sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración. 

Conclusión:
Para no llegar a necesitar tratamiento lo ideal es la prevención universal, evitar todo lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo. Tratar de orientar a los jóvenes, al ser el grupo etario más vulnerable, para que realicen actividades físicas que los integren en grupos con intereses en común y que los alejen de las drogas en sus diferentes presentaciones.

Bibliografía:
     Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. Recuperado el 13/04/15, de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto
     Alvarado, Saul (2015). Adicciones. Panamá. Recuperado el 09/06/2015 de http://www.adicciones.org/index.html  
     Comisión Nacional contra las Adicciones (2013). Características de las drogas. México.  Secretaria de Salud. Recuperado el 09/06/2015 de http://www.conadic.salud.gob.mx/
 
Reflexión:
Escogí el tema por el interés en conocer los procesos químicos que se modifican por el uso y abuso de las drogas, además del enfoque que se debe de tomar para llevar a cabo un tratamiento adecuado de acuerdo a las condiciones que rodean a los pacientes.
Partí del concepto de adicción y los múltiples enfoques para considerarla como una enfermedad crónica, no como una falta de voluntad o moral del paciente.